domingo, 27 de enero de 2013

EL ÚLTIMO SUPERVIVIENTE DEL 11 DE SEPTIEMBRE



Soy el único superviviente de la Zona Cero. Soy un peral. Resistí a toneladas de cemento y acero cayendo sobre mí aquel 11 de septiembre de 2001. Fui testigo de primera línea del atentado terrorista más sangriento en la historia de la Humanidad. Estuve enterrado más de un mes entre los escombros del World Trade Center. Esta es mi historia.

viernes, 11 de enero de 2013

EL ARTE DE LA HUIDA



Para mi hermano Alberto, que fue, de verdad, un B-Boy hasta la muerte.

Todas las ciudades se parecen de noche. Alcobendas es otra ciudad más del extrarradio a la sombra de Madrid, habitada por cien mil personas, pero en ese momento Alberto siente que es única y le pertenece. Mientras camina por la calle, con su mochila cargada de aerosoles, dibuja en su mente el graffiti que está a punto de plasmar en la pared. El ruido de los sprays agitándose le hace andar más despacio. Piensa que hasta el último vecino de los portales que deja atrás debe haberse despertado al oír el tintineo de los botes de pintura chocando unos con otros. La adrenalina agudiza sus sentidos hasta el límite. Lo capta todo: la luz de las farolas iluminando tramos de acera, las caras de los ocupantes de los pocos coches que atraviesan la madrugada, el sonido de los televisores en las casas de los que no pueden dormir. Disfruta enormemente de esa sensación. Se dice a sí mismo que merece la pena correr el riesgo de ser multado. El graffiti lo merece. Ha dado sentido a su vida. Siente la soledad del artista al que el mundo no comprende, pero no se siente sólo. Le basta con mirar a las paredes y ver la firma de otros como él para saber que forma parte de algo más grande que sí mismo. Las firmas no son letras unidas al azar. No, él bien lo sabe. Detrás de cada una de ellas se esconde una historia, una vida que transcurre entre el anonimato y el afán de llegar a todas partes, entre la luz del día y la oscuridad de la noche. Se para frente a una pared llena de graffitis y busca un espacio libre con la mirada. Saca su rotulador y se acerca. Pinta su nombre, el que él ha elegido: Nix.